miércoles, 13 de abril de 2011

¿La inspiración o la improvisación?

Un puñado más de letras, un manojo de palabras. Una compilación de ideas abstractas que pasan por mi mente de repente. Adornos absurdos en una situación cualquiera que solo hacen un poco más digerible lo que tantos otros saben hacer igual o peor. Hacer digerible lo repetido tantas veces, eso es la fidelización del consumidor al producto. Tener los adornos más legibles, es lo que caracteriza al escritor. Los escoyos del oficio. El pan nuestro de cada día. O simplemente otra estupidez más del montón en una hoja más. Es solo eso.
Perder una idea en ventaja de otra que acaba de llegar en detrimento de un texto anterior que solo se llegó a escribir en la imaginación sin que nadie lo pudiera conocer, sin poderlo compartir. Ir y venir. Van y vienen las ideas en el devenir de los pensamientos.
Esto, tan solo es una bobada más. La inspiración solo es sentarse ante un papel en blanco. Eso dijo Cela. Y quizá tuviera razón, porque escribir no es más que plasmar los pensamientos. Y los hubo mejores y más elaborados en otros momentos en los que no estaba ese papel en blanco, y te arrepientes de no haberlo tenido antes a mano. Y te decepcionas de ir corriendo a comprar una libreta y que a la hora de escribir simplemente…. Se fue. Y no hay más que eso, se marchó volando. Fue sustituida por otra inspiración actualizada por nuevas sensaciones, como el estornudo de un perro o el humo de un cigarrillo que se acaba, y cuando se acaba simplemente hay que esperar e intentar conservar esa hoja blanca junto a la certeza falsa de que vendrá a la cabeza una palabra más bella que la anterior o una frase mejor.
Eso es todo. De repente se van las ideas sin que otra la sustituya. El devenir de los pensamientos. Es mi mente un concierto constante, una melodía eterna. Y como todos los conciertos, este también tiene su pausa. Eso es todo.

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