miércoles, 27 de junio de 2012

Un pequeño adelanto...

Acero helado atravesole el alma sellando su voz en un pálido ataúd, sumergiéndola en el solitario abismo de los sentimientos frustrados.

Pasó mucho tiempo, pero, aún no se sabe como, en el descorazonado y abatido ser irrumpió de nuevo el discernimiento. Entonces tuvo lugar, el impetuoso resurgir de sus ojos inquietos.

Y salió de la fría tumba de las mentiras entre derrotadas lágrimas ¿qué le depararía el alba? Una sedienta sonrisa sentenció su incertidumbre… ¡la verdad junto a su oscura luz, el destino incierto del que merecen los embusteros para unos, la venganza para otros!


R.P.M.

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