Es
sabido que la mente se cansa antes que el cuerpo, y que entrenar la
mente puede repercutir beneficios sobre la salud física. Pero ¿y a
la inversa? Resulta que el ejercicios físico influye positivamente
sobre la salud mental.
Para
empezar, el ejercicio físico repercute en el estado de ánimo.
Literalmente, entrenar hace que sintamos más alegría, pues favorece
la liberación de endorfinas, que producen la sensación de felicidad
y euforia. Es por esto que el ejercicio alivia los síntomas de
depresión, estrés y ansiedad, siendo una excelente terapia tanto
para abordarlos como para prevenirlos. Además, ni que decir tiene
que una buena sesión de ejercicio ayuda a conciliar el sueño, por
lo que es un buen aliado contra el insomnio.
El
ejercicio regular aumenta paulatinamente el umbral del dolor, por lo
que también mejora el carácter, al desarrollar el sentido de la
disciplina. Ser más disciplinados hace que afrontemos los diferentes
aspectos de la vida con mayor determinación. Esto repercute
positivamente en la imagen que tenemos de nosotros mismos, aumentando
la confianza y el autoestima, e, indirectamente, también mejora las
relaciones sociales.
Este
sentido de la disciplina también ayuda a superar adicciones y a ser
más productivo en aquello que hacemos. Incluso hay estudios que
aseguran que el deporte previene el deterioro cognitivo por las
reacciones químicas que se dan en el cerebro cuando se entrena. Y,
no olvidemos, que también aumenta la coordinación, por lo que
repercute positivamente sobre la memoria.
Así que es buena idea salir a correr tres veces por semana, ir al trabajo en bicilieta, dar un paseo de vez en cuando, o simplemente usar las escaleras en lugar del ascensor.
El ejercicio físico ayuda a mejorar nuestra salud mental, y Salud Mental es sinónimo de calidad de vida y de FELICIDAD. Casi nada.
Fuentes:
No hay comentarios:
Publicar un comentario