En
Navidad, se conmemora el nacimiento de Jesucristo y viene Papá Noel
a traer regalos a los niños. Pero ¿quién es realmente Papá Noel y
cuando nació Jesús?
Respecto
de cuándo nació Jesucristo, no fue en el año cero, que es cuando comúnmente se piensa. Al
monje y 'matemático' Dionisio el Exiguo se le pidió crear un nuevo
calendario cristiano que sustituyera al anterior calendario romano,
de origen pagano. Dionisio, como buen cristiano, decidió que el
nuevo calendario comenzara con el nacimiento de Cristo. Pero cometió
un par de errores. Basó sus cálculos en la cantidad de años que
había reinado cada emperador romano, contando de manera regresiva.
Hasta
ahí bien, pero al llegar al emperador Augusto surge un problema.
Resulta que Augusto reinó del 31 a. C. al 14 d. C., aunque sólo desde el 27 a. C.
utilizó el nombre de Augusto, pues durante los cuatro primeros años
de su reinado, Augusto reinó bajo su nombre de nacimiento, Octavio.
Se cree que Dionisio, cuando estaba haciendo sus cálculos, pasó por
alto esos cuatro años.
A parte de esto, Dionisio
también olvidó el año cero. Parece una tontería, pero él pasó directamente del año uno antes de
Cristo al año uno después de Cristo. La cosa se entiende mejor si pensamos
con los números de nuestro milenio, así que si del año 1999 se pasa al año
2000 y después al 2001, lo que hizo Dionisio fue el equivalente de
pasar del año 1999 al 2001.
Si
esto es cierto, aunque celebramos el milenio en el 2000, nos lo
perdimos porque se debió haber celebrado en 1995. Además, con estos
cinco años de diferencia, el fin del calendario Maya en realidad
hubiera sido el 2007 de nuestra era y no en 2012.
Esto
significa que existe la posibilidad de que Jesucristo en realidad
nació alrededor de entre el año 6 y 5 antes de Cristo. A parte de
la curiosidad que pueda suscitar, a efectos prácticos, no tiene
ninguna trascendencia.
Bien,
y ¿en qué día nació Jesús? Cuando Dionisio elaboró el
calendario, hacía mucho que la fecha exacta se había olvidado, por
lo que la Iglesia adoptó una fecha cercana al solsticio de invierno,
el nacimiento del Dios Sol Invictus, el 25 de diciembre, que no tiene
nada que ver con el nacimiento de Jesús, pero se pretendía señalar
a Cristo como el verdadero Sol Invictus. Por eso se festeja la
Navidad el 25 de diciembre.
Una
prueba, entre otras tantas, de que la Iglesia se ha paganizado a lo
largo de la historia para lograr aceptación. Una
vez dicho esto, habrá que ver por qué hay un alegre anciano que
vive en Laponia y trae regalos por Navidad.
El personaje de Santa Claus en realidad está basado en las leyendas que surgieron en torno a un obispo
cristiano que vivió en la época del Imperio Romano, concretamente el siglo IV, en lo que hoy es
la actual Turquía y que fue santificado.
«Sería un pecado no repartir mucho, siendo que Dios nos da tanto», solía decir, según los biógrafos, San Nicolás, conocido en diferentes lugares como patrón de los marineros, los comerciantes, los niños y los viajeros.
«Sería un pecado no repartir mucho, siendo que Dios nos da tanto», solía decir, según los biógrafos, San Nicolás, conocido en diferentes lugares como patrón de los marineros, los comerciantes, los niños y los viajeros.
Nació en Patara, en el seno de una familia adinerada y fue educado en la fe cristiana. Al morir sus padres repartió toda su fortuna entre los pobres, decidió dedicar su vida a ayudar a la gente necesitada y se fue a vivir a Myra. Se cuenta que allí varios sacerdotes y obispos se encontraban discutiendo sobre quién sería el futuro obispo tras la muerte del anterior y que, al no ponerse de acuerdo, decidieron que fuera el próximo sacerdote que entrase en el templo. Casualmente fue Nicolás. Así es como fue consagrado obispo. Murió en el año 343 en Myra, pero sus restos están Bari, Italia, pues allí fueron a dar después de que fueran sacados de Turquía tras la conquista musulmana. Después de su muerte fue venerado por la multitud de relatos milagrosos aparecieron sobre él.
La
leyenda de San Nicolás llegó a Holanda donde se le llamó
Sinterklaas. En el siglo XVII, los holandeses que viajaron al Nuevo
Mundo llevaron consigo las historias sobre él. Allí, los
norteamericanos adaptaron a su idioma el nombre y lo llamaron Santa
Claus, más fácil de pronunciar para ellos. Fue entonces cuando en
Norteamérica se creó una nueva leyenda sobre un anciano alegre y
bonachón que en navidad recorría el mundo en su trineo
distribuyendo regalos.
La
leyenda de Santa Claus se hizo muy popular en EEUU y su fama llegó a
Europa, donde, en algunos países, cambió su nombre por el de Padre
de la Navidad. Así, en Inglaterra se le llamó Father Cristmas, en
Francia Père Noël y en España Papá Noel, tomando la palabra
prestada del francés.
Se
había estado representando al personaje de diferentes maneras. Si
bien el origen está en San Nicolás de Bari, o San Nicolás de Myra,
en las representaciones religiosas son comunes los colores rojo,
blanco o verde, así que Santa Claus no tenía un color concreto,
pero solía representarse, entre otros, rojo y dorado, aunque era el
verde el color más común en su vestimenta.
Ciertamente se considera que una campaña masiva de Coca-Cola fue una
de las principales razones por las que Santa Claus terminó vestido
de color rojo y blanco, pero estos publicistas no fueron los primeros
en representarlo con estos colores.
Para
terminar, y ya que estamos, es bien sabido es que, a parte de Santa
Clavos,
hay otros tres personajes que llevan regalos a los niños: los Reyes
Magos, que cada 6 de enero traen regalos a los niños. Esta tradición
pretende recordar que hace más de dos mil años, los que quizá
fueran los primeros peregrinos cristianos -si es que existieron-,
llevaron obsequios al niño Jesús.
En
las sagradas
escrituras existen
cuatro versiones de la vida de Cristo, los cuatro evangelios, y sólo
una hace referencia a lo que conocemos como los Reyes Magos, el
evangelio según San Mateo. Por otra parte, la Biblia ni dice que
fueran tres, ni tampoco que fuesen reyes, ni tampoco magos. Además,
algunos astrónomos tampoco creen que siguieran una estrella o un
cometa.
Existen
historias que dicen que estos mágicos personajes eran cuatro, otras
que hubo hasta doce reyes magos. En el siglo V, el Papa León I
estableció el número de tres basándose en los tres regalos: oro,
incienso y mirra. El oro simbolizaba a los reyes, el incienso a los
dioses, y la mirra al hombre. Los tres reyes simbolizaban las tres
razas, las tres edades del hombre y los tres continentes conocidos
hasta entonces: Asia, África y Europa.
Aunque
también hay otras interpretaciones. Según se cuenta, aquellos
sabios seguían una estrella que se detuvo sobre Belén. Sólo existe
un tipo de estrella que haga eso y es un cometa. Por aquel entonces,
cuando un cometa aparecía en el cielo nocturno, todo el mundo se
fijaba en él. Nadie dudaba de que simbolizaba que ocurriría algo
importante, pero no era precisamente un buen presagio.
La
estrella puede significar el anuncio del nacimiento de una gran
persona, pero una estrella también puede interpretarse como cometa,
y el cometa era un mal augurio. Normalmente significaba la muerte (y
no olvidemos que le sucedió a Jesús). Los magos de oriente se
consideraban como los mejores pensadores y adivinos de su época,
sabían que esa señal en el cielo indicaba que nacería un nuevo rey
de los judíos, pero si se trataba de un cometa, su futuro podría
ser oscuro. Así que lo siguieron hasta Belén llevando consigo unos
regalos cargados de significado.
Pero
no eran regalos para un niño normal. En primer lugar el oro, algo de
muchísimo valor, es un regalo digno de un rey. El siguiente es el
incienso se ofrecía con frecuencia a los dioses, así que indica la
divinidad de Jesús. Por último, cuyo significado e importancia se
ha olvidado, es la mirra. La mirra es una resina vegetal que se
utiliza para preparar los cadáveres para ser enterrados. Esto indica
a los lectores que Jesús va a morir. La mirra alerta de la muerte, y
en aquella época todos lo comprendían.
Realmente,
en la Biblia sólo se le dedican unas líneas a la historia de los
Reyes Magos, donde se dice que hombres sabios que seguían una
estrella vinieron de Oriente a Jesusalén y le preguntaron a su
soberano, Herodes el Grande, dónde estaba el rey de los judíos que
había nacido. Herodes los mandó a Belén, donde ofrecieron los tres
obsequios, y luego, del mismo modo misterioso en el que llegaron,
desaparecieron.
Como
última curiosidad, en Alemania está el Dreikönigsschrein,
el
Relicario de los Reyes Magos, un enorme sarcófago donde se supone
que descansan los huesos de los Reyes Magos. Se encuentra en la
Catedral de Colonia desde el año 1164.
En
fin, lo que quizá pudieran ser anécdotas, en mayor o menor medida,
un tanto macabras, ahora simbolizan a la época preferida de los
niños. Estas son sólo algunas historias sobre el origen de «la
historia».
El resto del cuento ya se sabe.
*Nota:
El
texto ha sido elaborado a partir de diferentes fuentes.
No es obra original de quien lo publica.
No es obra original de quien lo publica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario